domingo, 31 de mayo de 2020
Luvia del 2015
Ella se sentó frente a la ventana abierta, entre enamorada y anhelante. Llovía lento, pero copioso. Se puso a mirar la lluvia iluminada y cada gota que caía era un sueño que se estrellaba contra el suelo. Pero ella vivía a través de cada uno de ellos, y en el pavimento se unían para hacerse más intensos. Deseaba respirarlos, sin embargo no hacía falta; corrían dentro de su sangre. Entonces, ella se hizo lluvia y lo sintió todo como si fuese la primera vez que sentía.
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