martes, 9 de junio de 2020

Paisajes

A veces siento que la vida es como caminar por un sinfín de paisajes. Aunque mismo dentro de ese sinfín hay paisajes que se parecen mucho, casi el mismo, pero con cambios de luz o decorados. Paisajes que conocemos, algunos que elegiríamos volver a recorrer mil veces y otros que no quisiéramos caminar nunca de nuevo, mas igual vuelven. Y cuando eso pasa, no puedo evitar preguntarme porqué, dado que se sintió tan bien sentir que habían quedado atrás.
Creo que la respuesta es que vuelven como caminos para volver a elegir. En mí lo siento como si de repente (o no tan de repente) apareciese en un bosque completamente nevado, con un enorme lago congelado. Y sé que tengo que atravesarlo, o tal vez simplemente ya estoy sobre ese lago congelado y siento cómo el hielo cruje con cada paso que doy. Y en el momento me siento desconcertada, porque no sé si el paso siguiente va a ser el correcto o si va a ser el quiebre el hielo y me haga caer en el agua helada. Sin embargo, en ese momento no tengo más opción que confiar en mí y el conocimiento que tengo para saber a dónde pisar.
Y para ser sincera, hay algunos lagos que sé que me cuestan; y a veces estoy cansada de seguir caminando, entonces de forma inconsciente (o no tan inconsciente) me dejo caer, o mejor dicho, elijo hundirme porque me convenzo de que es más fácil o de que no puedo hacer otra cosa. Pero ese caer no es en vano, porque me trae aprendizaje, sólo que en el momento no es tan claro y esa visión llega con el tiempo (la distancia ayuda para ver mejor). Y otras veces, más allá de los crujidos, confío y camino, y lo atravieso completamente intacta. Ahí me doy cuenta de que es porque eso ya lo aprendí; y eso muchas veces me sorprende, porque el hielo crujiente en el momento asusta, y no sé de antemano si lo voy a poder cruzar o no.
Pero ahí está de nuevo la respuesta, no importa si me caigo o no (aunque en el momento sí sienta que importa) porque al fin y al cabo, es aprendizaje. Confío en mi capacidad de aprender y también en las lecciones que me llegan.
Y así, es como sinsentido tenerle miedo al hielo. Va a ser lo que tenga que ser. Y si elijo "mal", sé que se va a volver a presentar para que pueda elegir de nuevo, tantas veces como sea necesario, hasta que elija algo nuevo, y ahí, cambie el paisaje.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario