Yo tan vampira de la madrugada, blanca; sentada en mi cama. Tan rodeada del universo y las percepciones
que a muchos se les escapan. Con mis garabatos del papel y esas
ecuaciones del lenguaje que llenan como los números jamás podrán
hacerlo.
Y
ese silencio precioso que ilumina la oscuridad que me complementa. Con
cosas viejas cargadas de sentido y oraciones formadas por palabras que
me caen del cielo, que es a su vez infinito y eterno. El
cielo que invita a mimetizarse con sus cualidades vastas que son todo y
al mismo tiempo está vacío. Mas sin embargo brilla, de noche y de día. Y
brilla más de noche por el contraste que le otorga la falta de luz
absoluta.
Esta
sensación plena. No se pide, no se busca; simplemente te encuentra. La
sucesión natural del orden de la vida que un día te abraza y otro te
deja en Pampa y la vía. El tren que te busca y te lleva de vuelta y la vitalidad indescriptible del sentir apasionado.
Finalmente, yo leyendo mi garabato.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario