sábado, 23 de mayo de 2020

Halo

Yo tan vampira de la madrugada, blanca; sentada en mi cama. Tan rodeada del universo y las percepciones que a muchos se les escapan. Con mis garabatos del papel y esas ecuaciones del lenguaje que llenan como los números jamás podrán hacerlo. 
Y ese silencio precioso que ilumina la oscuridad que me complementa. Con cosas viejas cargadas de sentido y oraciones formadas por palabras que me caen del cielo, que es a su vez infinito y eterno. El cielo que invita a mimetizarse con sus cualidades vastas que son todo y al mismo tiempo está vacío. Mas sin embargo brilla, de noche y de día. Y brilla más de noche por el contraste que le otorga la falta de luz absoluta. 
Esta sensación plena. No se pide, no se busca; simplemente te encuentra. La sucesión natural del orden de la vida que un día te abraza y otro te deja en Pampa y la vía. El tren que te busca y te lleva de vuelta y la vitalidad indescriptible del sentir apasionado. 
Finalmente, yo leyendo mi garabato. 

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