Cada vez que paso por tu casa yendo a algún lado, siento como si fuese a propósito, como una culpa de espía (aunque no sé si a lxs espías les da culpa espiar), de buscar algo que no debería, como si vos fueses a estar justo ahí para verme y pensar que fui a buscarte, y quizá siento eso porque una parte de mí espera verte, aunque sea con el rabillo del ojo; recordar y sentir que todavía existís en carne y hueso. Pero tal vez no. Tal vez ya no existas en carne y hueso, sólo en recuerdos y una virtualidad que te permite espiarme desde la comodidad de una pantalla.
Y no sé si escribo esto medio para vos, medio para sacar los pensamientos de mi cabeza (o los sentimientos de mi corazón), que es mejor que quedármelos en la cabeza (o en el corazón).
Y me pongo tan melosa que capaz lo escribo para hacerme chicle y mascarme hasta deshacerme entera.
Pero no, no es un poema de amor.
Sigo sin poder escribir
poemas de amor
por un ex
amor.
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