¿Qué hay en mi pecho
que reboza de lo absurdo?
Deseo más allá
de lo que le permito
a mi centro.
Deshojo a la luna, bruja,
maga primera que mi alma bruja.
Tan bruja que me irrito.
Tan dual que me irrita irritarme.
Tan irritada que quiero descansar
de la curiosidad,
de la sabiduría de escucharme.
De saber que sé que sé poco
y sin embargo,
con eso muchas veces basta.
Y, yo vasta ficción,
estoy nublada sin palabras.
Grito la noche entera
porque justo cuando elijo el descanso,
las palabras me hacen su presa,
y sé bien que si no las oigo,
ya no las oiré nunca;
porque las palabras,
como mi yo escritora,
sólo conocen el presente.
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