Bueno, arranco esta entrada de fragmentos contando que mínimamente el 70% de entradas en mi diario empiezan con frases tipo:
"Hoy cuando te agarré para escribirte tenías polvo encima..."
"Hace más de un mes que no te escribo, ¡soy una escritora terrible!"
"Te tenía re abandonado"
y etc etc.
Ahora dicho esto (o contextualizada la situación, mejor dicho), cuento que esta cuarentena me convirtió en una montaña rusa (¿por qué se le dirá así no?), lo que básicamente significa que estoy sintiendo mil cosas a la vez que duran minutos y aparecen y desaparecen. Lo cual me ha llevado a escribir frenéticamente (porque para mí escribir es liberarme, y todxs bien sabemos que la libertad es una especie de fantasía en este momento).
Y hoy me pregunté quién soy yo en cuarentena (porque claramente no soy mi yo de siempre, lo cual no significa que deje de ser yo) y creo que la respuesta es que soy carne viva (como si me hubiesen arrancado la piel (sí, así de intenso)) vulnerable y entera. Y me pasa que esta forma de existir que se siente tan irreal e inorgánica me pone fantasiosa. Probablemente por eso esté escribiendo tanto, incluso cuando no escribo. Porque mi alma es ilimitada, mas mi cuerpo es limitado, y sin libertad, toda esa ilimitación deja de entrar en mi cuerpo y se siente tan contenida que constantemente estoy por estallar en vaya unx a saber qué, así que escribo. Como necesidad, como búsqueda de mi libertad; pero, a la vez como ya dije, soy carne viva vulnerable y me cuesta salir en carne viva...
Sin embargo, debo admitir que eso nunca me ha frenado, así que después de este gran preámbulo, aquí les comparto algunos fragmentos de mi escritura frenética:
Te veo caminando en una casa de barbies en la luna, todo muñequito con paso lunar. Y hasta el aire es blanquesino, y todo avanza lento y la atmósfera está enrarecida. Y yo, yo estoy extrañada. Parada mientras me falla la vista para verte entre ese aura como vaporosa, también agradezco a la bruma que disimula la imagen de mi cara que evidencia mis sentires.
Mi vida está siempre llena de arte, independientemente de si lo plasmo o no. Estoy constantemente creando, imaginando. Pero hay momentos en los cuales es tan preciso plasmarlo que es inevitable. Y ahí no hay nada que pueda meterse en el camino. No es sólo una acción entre tantas otras. La cosa es que ni siquiera es una elección. Y llevar a cabo su concreción se siente como respirar un nuevo aire fresco.
Te digo que hay que bancarse tanta incertidumbre...
[...] ¿Ves? De nuevo estoy sintiendo que los vínculos no van conmigo y me dan ganas de mudarme a una montaña cual buena ermitaña.
Y aún hay más...
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