jueves, 27 de enero de 2022

51

Romperse,
desde abajo,
pedazo a pedazo.
Estallar en trizas
como un árbol
azotado por un rayo.
En otra vida hubiese dicho:
‘¡Que me rompa!
No le temo a los azotes’.
Mas en ésta,
me murmuro los temores
que suscita en mí el rayo.
Como mantra.
Como rezo.
Como escudo.
E imploro que el azote me perdone
y que el día descubra entero
mi menudo cuerpo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario