Siniestra,
negro ardido
en frío.
Yo soy
la catarata desbordada
en la que
me ahogo.
Yo soy
el agua que respiro,
no aire.
Yo soy,
mas no siempre
me encuentro
siendo.
Extasiada,
astro florecido
en amor.
Yo soy
quien abrazando preguntas,
me abraza.
Yo soy
el océano reflejado
en el cielo.
Yo soy,
no el cascarón;
siempre moro
en el centro.
Yo soy,
más que siempre,
en las tormentas
que traen la calma.