sábado, 17 de octubre de 2020

Bosque

Dame el aire del ocaso,

cálido y vibrante,

y yo jugaré contigo

a que amanece.

Cuando se duerma el sol,

que se prendan las luciérnagas.

Miremos con los ojos

como nos mira la luna llena;

quizá iluminemos

la penumbra del paisaje

con la luz que habita

en nuestro interno.

Que los besos 

se transformen en risa

de las cosquillas

que trae el encuentro.

Démonos la mano

y sintamos juntxs

la expansión que nos atraviesa

como un sueño,

donde todo es posible

porque decimos sí.

Seamos puente entre mundos

que se rozan sin saber

que ya se saben.